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El diablo anda suelto

julio 01, 2019

EDUCACIÓN

Nunca pienses que el diablo aparecerá con la forma de un monstruo de nariz grande y olor a azufre, con ojos rojos y un par de cuernos en la cabeza. Su naturaleza, al igual que la de sus demonios, no es física, sino espiritual, y es por eso que, para los hombres y mujeres que solo «ven para creer», se vuelven muy difícil de identificar.

El diablo conoce muy bien al hombre … ha vivido mucho, mucho tiempo. No en vano, hay un refrán que dice «El diablo sabe más por viejo que por diablo», y ha tenido mucho tiempo alrededor del hombre. Él sabe lo que nos gusta, lo que necesitamos, cómo nos comportamos, nuestras debilidades, nuestras fortalezas, nuestros deseos.

Él se acercará a nosotros cuando estemos más vulnerables, débiles y abatidos. Y tenemos que reconocer que estaremos débiles en algún momento de nuestras vidas. Y es ahí cuando, muy sutil y furtivamente, el diablo nos seduce, y comienza a susurrar, cerca de nuestros oídos, terribles ideas y pensamientos; y lo hace de tal manera que llegamos a pensar que esos son nuestros.

La tortura entonces comienza. El diablo recurrirá a su arsenal de mentiras y engaños, dependiendo de la situación que estemos enfrentando. Sentimientos como la culpa, la desconfianza, los celos, la envidia, la lujuria, la ansiedad y demás, nos atormentarán.

Pero eso no se detiene ahí. Una vez que estemos bajo ese «hechizo», nuestro comportamiento hacia los demás provocará más dolor, no solo en nosotros, sino también en los demás. Podemos volvernos violentos, codiciosos, egoístas, promiscuos, corrompidos, irrespetuosos, y vengativos. En casos severos, las personas se convierten en ladrones, pervertidos, violadores o asesinos. Y en todos los casos, el diablo y sus demonios están detrás … y ni siquiera lo notamos.

El problema es que, para el diablo, un solo individuo dentro de su bolsa es demasiado poco para su ambición. Él irá más lejos, de hecho. Su próximo objetivo es atacar a la familia. Él sabe que la familia es la base de cualquier sociedad, el cimiento, la célula viva. Entonces, hará lo que sea para quebrarla, probando diferentes maneras. Disputas, conflictos, discusiones, peleas, lo que sea, ocurrirán por muchas razones hasta que cada miembro de la familia se separa,

Por si fuera poco, el diablo puede ir tras países enteros. Sus demonios utilizarán a personas que ya están bajo su influencia, que ya han caído en su trampa. Pero, aun así, es posible que la sociedad no los reconozca, porque estos individuos malvados hablarán y se comportarán con amabilidad, soltura, consideración y aprecio. Y una vez que controlen y corrompan a todas las autoridades de un país y sus instituciones, incluidas las finanzas, el sistema educativo, el poder judicial, y el ejército, comenzarán a mostrar su verdadero rostro y propósito. Para entonces, ya no habrá libertad, y cuando no hay libertad, las personas se vuelven muy vulnerables; algunos se corromperán y comenzarán a engañar, mentir, robar, y explotar, mientras que otros se volverán desesperados, desesperanzados, amargados, y frustrados. Y al diablo no le importa raza, género, edad, cultura… 

El diablo es un enemigo muy astuto, y eso requiere herramientas formidables de contraataque. Primero, debemos aprender cómo identificar a las personas malvadas que tienen una agenda diabólica, porque “vienen a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos feroces. Por sus frutos los reconocerás (Mt 7:15-16)”.

  • Aparecerán encantadores, pero sus ojos y acciones mostrarán falsedad.
  • Predicarán su cuidado por la gente, pero dividen y discriminan.
  • No aceptarán críticas y culparán a los demás por todo lo que sale mal. Harán trampa y mentirán constantemente.
  • Prometerán muchas cosas buenas, pero cumplirán muy pocas de esas promesas.
  • Controlarán la información de lo que entra y de lo que sale, no solo del presente, sino también del pasado, hasta el punto de cambiar la historia, los íconos patrióticos y las creencias religiosas.
  • Crearán escasez de empleos y de las necesidades básicas, como alimentos, medicamentos, transporte, etc. para que las personas se mantengan ocupadas en tratar de obtenerlos.
  • Harán alianzas con socios no tradicionales, también malvados en su mayoría.
  • Y, en última instancia, usarán la violencia, la represión y el terrorismo solo para mantenerse en el poder.

Cuando despertamos, nos damos cuenta de que hemos perdido a nuestro país, a nuestra familia y a nosotros mismos. El ataque es global, en contra de toda la humanidad.

Pero hay formas de contrarrestar los avances del diablo, todas ellas bendiciones de Dios.

  • Primero, declarar conscientemente la guerra contra el mal, expulsándolo de nuestras mentes y cuerpos.
  • Recibir educación e instrucción que nos fortalezcan en moralidad. Eso nos traerá sabiduría que nos facultará para discriminar el bien del mal.
  • Desarrollar virtudes como:
    • Estado de alerta para detectar la presencia del mal
    • Determinación para combatirlo
    • Perseverancia para no rendirse
    • Paciencia para no perder el foco
    • Coraje para luchar contra los miedos
  • Crecer en fe; eso nos llevará más cerca de Dios.

 

¿Estás listo para luchar contra el mal? El diablo anda suelto… y está detrás de ti.

 

Y por favor, recuerda echarle un vistazo al libro Sicamor. ¡Gracias!

 

 

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