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Desde la antigüedad, los chinos descubrieron el impacto de la energía de los alrededores en el bienestar interno de las personas. Ese conocimiento se aplica ahora a todos los espacios: hogares, oficinas, edificios, jardines, etc. Espacios donde las personas habitan, trabajan, interactúan. Toda esa «ciencia» va incluso a decirnos cómo todo eso puede influir en nuestra riqueza, salud o vida amorosa. O desde los complicados diseños estructurales de un edificio, basado en su «magnetismo», hasta la simplicidad de cómo sentarse alrededor de una mesa de reunión con respecto a la ubicación de las ventanas y la puerta principal.

La gente cree eso en varias escalas; algunos más que otros. Pero con seguridad, todos nos damos cuenta de lo que sentimos y cómo nos sentimos cuando estamos rodeados de un entorno específico. Yo, por ejemplo, me siento muy bien cuando estoy rodeado de montañas, y estresado o incómodo si es por el agua. Si montaña y agua están juntos, me enfoco en lo que más me llena, como cuando miro la foto del banner: por impresionante que sea el Salto Ángel, mi vista está en el Auyán-tepui.

 Algunas personas pueden sentirse bien cuando están en contacto con animales mientras que otras cuando están rodeadas de flores; otras necesitan la vibración de la ciudad, mientras que otros necesitan la paz del campo. ¿Cómo te sientes cuando visitas un museo, o cuando estás sentado en un banco en la plaza y miras a la gente pasar? ¿Has probado la santidad de una iglesia?

 Por supuesto, puede depender de dónde crecimos, nuestros antecedentes, la influencia de nuestros padres o amigos, las experiencias de nuestra infancia … muchas cosas. Pero todo llega a un punto en el que estamos definitivamente claros y seguros de lo que realmente nos da confort, paz, alegría…

¿Tienes ya esa claridad? Entonces, ¡adelante! ¡No solo disfrutarás más la vida sino también estarás en tierra fértil para crecer y desarrollar tus virtudes!